Una medida del Gobierno Renzi con un respaldo de acero por parte de la bancada del Partido Democrático (PD), que dicho sea de paso se vanagloria de “luchar por los derechos e intereses de los descendientes italianos” (menos mal, sino serían 3 mil euros, ndr), vuelve cada vez más inalcanzable el derecho de quienes teniendo antepasados italianos desean reafirmar su italianidad obteniendo el pasaporte italiano.
Pago de 300 euros
La razón de esta ley sería que, como hay una gran demanda de reconocimiento de ciudadanía italiana, sobre todo en los países sudamericanos, el pago de los 300 euros serviría para financiar los gastos logísticos y de nuevo personal en los Consulados Italianos. No obstante, la ley no prevé los mecanismos de control que le permitan al descendiente italiano saber si su dinero será utilizado en pagar más personal, implementar nuevos sistemas, etc. O sea, luego de efectuar el pago se dejará todo a la buena fe del Estado Italiano para que cumpla con lo prometido.
Todo mal con la ley
Sin embargo, el artículo 7 de la ley está tan mal hecho, al punto que “inocentemente” se cree que los solicitantes del derecho ius sanguinis irán en masa a pagar 300 euros (S/.1,050 en el Perú) para tener una cita de reconocimiento de ciudadanía. Ya quienes tienen una cita siguen esperando años en ser atendidos. ¿Ahora se deberá pagar para seguir esperando los años que se tengan que esperar?
Vale recordar que el Gobierno Renzi está buscando desesperadamente mayores ingresos de dinero fresco para sostener la economía italiana. La maniobra en cuestión apuntaría a ese objetivo en vez de beneficiar directamente a los descendientes italianos.
Muy pronto una “reinterpretación”
Y si ya esto es demasiado, basta saber que dentro de poco se oficializará una “reinterpretación” de una ley donde los hijos de los refugiados políticos en Italia podrán tener la ciudadanía italiana automática, mientras que los hijos de los peruanos y de ciudadanos de otras nacionalidades que trabajan, viven y pagan sus impuestos en Italia, deben esperar que estos cumplan los 18 años para recién obtenerla. Es decir, es el mundo al revés, donde nada el pájaro y vuela el pez. (G.A)